lunes, 28 de julio de 2014

El mundo sonrojado: destinos eróticos alrededor del globo

Está claro. La ficción erótica tiene esa función de abrir mentes, generar fantasías, provocar, insinuar y extasiar. Pero a veces, el entorno en el que se envuelve acaba convirtiéndose en un personaje fundamental dentro del relato, en un actor más y, al final, en un objeto de deseo viajero del que nadie se debería de avergonzar. Así es este mundillo: sonrojante y estimulante a partes iguales. 


1. ELVEDEN HALL, INGLATERRA 


Eyes Wide Shut no solo mostró los últimos coletazos de genialidad de Kubrick, sino que también invitó a los espectadores de todo el mundo a cruzar los muros de este palacio y formar parte de las orgías sofisticadas y anónimas con Ligeti como hilo musical. Este hacienda inglesa será recordada como el lugar donde Tom Cruise casi pierde los papeles y la vida y donde se llevan a cabo los juegos sexuales de los que dominan el mundo. 

2. CASABLANCA


El universo Tinto Brass recorre todos los mitos y escenarios sexuales posibles de las mentes europeas desde los años 70. No en vano, fue el primero en filmar un peplum bacanal como fueCalígula. En su amplia filmografía brillan muchas películas de gran calidad, pero quizás la primera escena de Fallo! sea la que más muros derriba. En ella, una pareja de enamorados celebran su luna de miel en un Riad de Casablanca con alguna que otra compañía extra. El caso es que la película sirvió para confirmar que Marruecos es una escapadita perfecta para afianzar relaciones y aderezarlas con ese exotismo cercano, barato y multisensorial. 


3. POMPEYA, HERCULANO Y NÁPOLES


Podría decirse que aquí comenzó todo, que el gran descubrimiento de los murales eróticos de los burdeles y casas de Pompeia y Herculano cambió la mente y el imaginario actual sobre la época de la Gran Roma. Lo explícito y depravado de las escenas pintadas dieron barra libre a creaciones posteriores subiditas de tono (véase la ya citada Calígula o series como Roma o Espartaco) e hicieron que una visita a estas ruinas tenga un aliciente más. Todo un viaje arqueológico al sexo antes de Cristo que se completa con la visita al ineludible Gabinete Secreto del Museo Arqueológico Nacional de Nápoles. 


4. ARMORY STUDIOS, SAN FRANCISCO 


No todo lo que ha traído Internet es malo, sucio, cutre e industrial. Y si no que se lo digan a este sorprendente edificio situado en San Francisco. Una especie de réplica de castillo morisco que desde hace un siglo domina el distrito de Mission. Su imponente estampa se ha convertido en la imagen más reconocible de la productora Kink, responsable del mejor contenido de bondage y dominación comercial actual. Pero la relación entre el viejo arsenal de la ciudad y el erotismo no se limita solo a unos fotogramas. Este monumento se puede visitar gracias a unos tours que organiza la productora y en los que se visitan los diferentes espacios donde se sitúan los sets de rodaje. Lo dicho, San Francisco no deja de sorprender… 


5. KIT KAT CLUB, BERLÍN 


El Berlín ligerito de ropa da para hacer una web entera con sus idas de olla y su ocio nocturno para adultos. Pero el Kit-Kat Club es más que un club, se ha convertido en un fenómeno social y audiovisual. Al fin y al cabo, es ya un mito, en el lugar donde, desde hace 20 años, se organizan las mejores tecno fiestas fetichistas que hoy atraen a seguidores de todo el mundo gracias a la potente distribución de las grabaciones. Es una especie de “sí, existe, hay que ir a vivirlo” de manual. 

6. CHÂTEAU LACOSTE, FRANCIA 


Cuando se mira desde abajo y sus viejitas almenas apenas pueden dar sombra se concluye: vaya birria de castillo. Pero todo cambia cuando se sabe que fue una de las prisiones para el Marqués de Sade y que su estancia aquí moldeó su literatura. Aunque suponga un pequeño ejercicio de imaginación, pasear entre las piedras y muros permite volver a los años en los que el marquesito fue forjando sus historias de dominación sexual, tortura y placer a través del dolor ajeno. Incluso se pueden ver las mazmorras donde se dice que puso en práctica sus perversiones. Algunos de sus biógrafos también aseguran que el hecho de estar situado en lo alto, dominando todo el valle y la costa, ayudaron a este autor a imaginar las crueldades feudales que alimentarían las relaciones de sus relatos. 


7. FORMENTERA


La luz limpia, cálida a la vez que azul de esta isla cautivó desde el primer momento a Julio Médem. Por eso quiso ambientar aquí su película adulta más potable, aquella en la que Lucía (Paz Vega) paseaba su desnudez por playas blancas y limpiaba su pasado con el barro con el que cubría su cuerpo. Esta película comercial (pero con alto contenido erótico) descubrió una isla mucho más adulta de lo que se le presupone pero que mantiene su virginidad y su salvajismo a flor de piel. O lo que es lo mismo, que es mucho más sensual que sexual, mucho más natural que exuberante. Y si no se que se lo digan al tipo (afortunado él) de aquel anuncio de cervezas. 


8. SALÒ


Ojo que Pasolini son palabras mayores. Y lo demostró sin tapujos en su alucinante Salò o los 120 días de Sodoma donde unos dirigentes locales se aprovechaban de los últimos latidos del Fascismo para someter a un grupo de jóvenes. Además de suponer una lección de historia (sí, la República de Salò existió), la película muestra una región un tanto desconocida donde destaca la población de Salò, los exteriores de Gardeletta (cerca de Bolonia) o los suntuosos interiores de la Villa Riesenfeld, en Pontemerlano.


9. BANGKOK 


Sin duda hay un antes y un después para esta ciudad. Corría el año 1974 y las libertinas andanzas de la esposa de un diplomático francés conmocionaron el mundo occidental. Nacía el mito (demasiado dilatado) de Emmanuelle pero, sobre todo, el universo de esa Indochina colonial y ligerita de prejuicios. La censura aún se lo sigue pasando pipa con esta película mientras que Bangkok, su principal escenario, se ha convertido en una de las ciudades más sexys del mundo, mucho más allá del escandaloso barrio de Soi Cowboy. Y es que gracias a ciertas escenas, Tailandia se consolidó como un paraíso en todos (y para todos) los sentidos, en un lugar donde las normas y las costumbres no coartan tango como en la vieja Europa.

Fuente: Traveler


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